Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Para Rodrigo de la Cadena y otros jóvenes cantantes

 

Rodrigo de la Cadena, joven cantante de boleros, pagó por la publicación de una carta abierta en el periódico Reforma dirigida al presidente Felipe Calderón, que apareció el pasado 23 de abril.

La titula ¿Y yo cuándo, Sr. Presidente?”. En la misma se muestra molesto porque el presidente invitó a comer y a cantar en “Los Pinos” al cantautor español Joaquín Sabina y no a él, que dice ser “un artista mexicano de 22 años de edad” que ha promovido la música mexicana en Latinoamérica y le ha cantado “a la mujer en su día en el Auditorio Nacional”.

Tras hacer notar la “ilusión” que tiene por recibir apoyo del gobierno “para seguir promoviendo y honrando la buena música mexicana”, termina su misiva planteándole al presidente “¿Qué tengo que hacer para cantar en Los Pinos, para cantar con usted, para que los medios me difundan, para ser reconocido?. Quiero ser profeta en mi tierra”.

No sé si el presidente Calderón u otra persona en la oficina de la presidencia responderá la carta abierta que publicó De la Cadena, pero dada su juventud considero que alguien lo tiene que orientar, cuando es notorio que nadie lo ha hecho.

La respuesta a tu pregunta, Rodrigo (“¿Qué tengo que hacer para cantar en Los Pinos, para cantar con usted, para que los medios me difundan, para ser reconocido?”), es muy sencilla, lo que tienes que hacer es por ejemplo lo que ha logrado Joaquín Sabina (y muchos otros) a lo largo de años de trabajo; seas español, mexicano, norteamericano, o de cualquier otro país: para empezar, talento y seguir con sensibilidad y cualidades artísticas… Y trabajo, mucho trabajo, tal vez desilusiones, frentazos y seguir adelante… Nada se logra por el simple deseo de lograrlo, hay que luchar por obtener lo que se desea.

Te decía que por ejemplo lo que ha hecho Sabina. ¿Qué ha hecho?:

* A los 14 años de edad comenzó a escribir versos.

* A los 21, casi tu edad (en 1970), escribía para diversos medios.

* A los 26 compuso sus primeras canciones.

* En 1978, a los 29 años de edad, sacó su primer LP, Inventario.

* Y de ahí para acá, ha hecho infinidad de giras artísticas, grabado muchos discos y es reconocido internacionalmente.

A él no le gusta visitar jefes de Estado. Dice, en broma, que prefiere no viajar con Ricky Martin porque entonces tiene que ir a ver al presidente del país en que actúe; da por hecho que serán invitados.

Muchos artistas compañeros tuyos te podrán hablar de Sabina y de otros cantantes que han tenido la suerte de ser invitados a comer y a cantar con algún jefe de Estado, pero no por eso te debes encelar cuando se trata del presidente de tu país.

Como tú hay muchos otros cantantes, tal vez con más méritos que los que tú hayas acumulado y con muchos más años en la lucha que no han sido invitados a Los Pinos.

Tienes apenas 22 años de edad. Tu vida apenas comienza y qué bueno que aspires a lograr lo mejor, pero recuerda que las palabras mágicas son: talento y trabajo.

Un cantante no se hace famoso por decreto, ni los medios lo “difunden” por esa razón. Ambas cosas te las tienes que ganar.

No le pidas al presidente que levante tu carrera y menos en una carta abierta porque entonces, sí, obtienes publicidad, y es evidente que eso es lo que buscas, pero ésta puede ser negativa si a tus posibles seguidores no les gusta cómo cantas.

Implícitamente preguntas cuándo serás invitado a Los Pinos para ser reconocido y la pregunta es al revés: ¿Cuándo serás reconocido para que te inviten a Los Pinos?

Hay muchos famosos, reconocidos, que nunca han sido invitados, porque aquí interviene otro elemento importante: tu voz y tus canciones tienen que gustarle mucho al presidente, o a quien sea, para que te invite. ¿Crees que sea correcto que te invite presionado por tu carta abierta? ¿Aunque ni siquiera te haya oído cantar? Peor todavía, tal vez ya te escuchó.

Así que, piénsalo, espero que esto te sirva. ¡Suerte, Rodrigo!

Por cierto, te recomiendo que leas Personajes del pasado 26 de febrero de 2009: La voz del cantante.

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